Conoce el Salón de la Plástica Mexicana, cuna del arte nacional
El recinto del INBAL fue creado en 1949 como galería para fortalecer el mercado del arte, estimular la producción de los artistas, el mecenazgo y el coleccionismo.
El Salón de la Plástica Mexicana surgió 1949 por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) en conjunto con los artistas más reconocidos de la época; su objetivo fue fortalecer el arte nacional en todos sus ámbitos. La vocación del Salón ha evolucionado para convertirse en un lugar de diálogo, investigación y documentación acerca del trabajo de sus creadores y miembros.
Este espacio, en su tiempo, se creó como una galería de ventas libres para fortalecer el mercado del arte en el país: buscaba estimular la producción de los artistas, el mecenazgo y el coleccionismo. Estaba a cargo de la Dirección de Artes Plásticas del INBAL. Sus fundadores fueron 52 pintores, grabadores y escultores, quienes manejaban la idea de plantear la esencia de la mexicanidad producto de los ideales posrevolucionarios.
Los muralistas que encabezan la lista son «Dr. Alt», José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera. Esta lista creció y se fortaleció con la llegada da la segunda generación de muralistas, cuya influencia dio paso a la aparición de personajes como Rufino Tamayo, quien era oponente del nacionalismo exacerbado que promovían los artistas.
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Ingreso de grabadores al Salón de la Plástica Mexicana; parte medular de su historia
Parte fundamental fue el ingreso del grupo de grabadores del Taller de la Gráfica Popular, fundado en 1937. Este colectivo, comprometido con el trabajo artístico y político, tuvo entre sus miembros a Leopoldo Méndez, Luis Arenal, Pablo O’Higgins, José Chávez Morado, Alfredo Zalce, Adolfo Mexiac, Francisco Dosamantes, Everardo Ramírez y Alberto Beltrán, entre otros.
Por otra parte, Ignacio Asúnsolo, Luis Ortiz Monasterio y Ángel Bracho fueron tres de los fundadores más representativos de la Escuela Mexicana de Escultura, a quienes le siguieron escultores como Rosa y Fidencio Castillo, Fernando Castro Pacheco, Geles Cabrera y Germán Cueto.
Durante la administración de Lázaro Cárdenas, varios artistas internacionales se incorporaron al gremio artístico del país como refugiados políticos. Entre los miembros más representantes están Francisco Zúñiga, Waldemar Sjölander y Mathias Goeritz; así como Tosia Malamud, Carlos Mérida, Pablo O´Higgins, entre otros más.
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Incursión de la fotografía en el recinto
En 1953, el recinto incorporó a la fotografía como arte visual. Las primeras tomas que se mostraron fueron de Lola y Manuel Álvarez Bravo, así como de Nacho López, quienes mostraron en sus fotos la esencia de mexicanidad que manejaba el lugar. También, renovaron y fortalecieron los valores culturales del pasado con fotografías del arte prehispánico y el arte barroco del país.
Para 1953, la Ciudad de México no contaba con un Museo de Arte Moderno; por ello, el Patronato del Salón de la Plástica Mexicana acordó mantener los llamados Salones Anuales de Pintura, Escultura y Grabado para presentar la obra reciente de sus miembros e ir generando colecciones artísticas.
Obras como «Cabeza indígena», de Elizabeth Catlett; «Coyolxauhqui», de Jorge González Camarena y «La era» de Guillermo Meza son solo algunas obras que el INBAL, a través del reciento, ha adquirido a través de los años.
Con información del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.