Yo quería ser Julia Solórzano y no pude: María Rojo, protagonista de «Danzón»
Para la actriz, el papel que interpretó en la película "Danzón" fue muy importante y marcó su vida.
El teatro permanecía en susurro hasta que, en una de las entradas laterales, apareció un vestido blanco y largo, poco se veía de aquella larga cabellera castaña clara porque la gente se levantó para recibirla. Entre aplausos, saludos y fotos, la actriz María Rojo tomó su asiento en las filas intermedias; ella era el motivo del evento, ya que se realizó un homenaje por su papel en la película Danzón, donde interpretó a Julia Solorzano.
En dicha cinta, dirigida por María Novaro y estrenada en 1991, Rojo encarnó a una mujer amante del danzón que emprende un viaje a Veracruz en busca de su pareja de baile, ya que un día “Carmelo” dejó de asistir al salón Colonia para bailar con ella. Desesperada por bailar y encontrar “a su negro”, el personaje de Julia vive una serie de aventuras de amor, pasión, llanto y baile en el puerto jarocho.
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Treinta y dos años después, María dirigió su mirada al centro del escenario del Teatro de la Ciudad “Emilio Rabasa”, del estado de Chiapas, para admirar un arreglo sinfónico de Acerina y su danzonera. Durante esa noche, 10 parejas de baile desfilaron por el templete mientras la orquesta interpretó clásicos como “Cancionero”, “Verde y rojo”, al igual que “Nereidas”.
El pesado telón rojo cubrió el escenario y todos entendimos que era momento de marcharnos, pero ésa fue una difícil tarea para la actriz homenajeada, ya que un cúmulo de gente la rodeó con fotos, abrazos y saludos. Cada paso de ella le tomaba 5 minutos, había transcurrido media hora y apenas llegaba al pasillo del lado izquierdo. Cuando sólo quedaban poco más de 5 personas a su alrededor, me acerqué y le pedí tres minutos para hablar. María me saludó como si me conociera de tiempo atrás y aceptó muy amablemente a conversar con una grabadora de por medio.
Al preguntarle cómo se sentía tras el homenaje, me confesó que se sentía arrepentida de no haber seguido bailando danzón. Además, nunca se imaginó convertirse en una figura representativa para este gremio.
“Creo que (esto llega) a la gente que es auténtica, que hace su trabajo y no piensa en los reconocimientos. Y cuando los dan, son cariñitos para el alma, porque llega en el momento que dice uno: ¨¿de veras no la habré regado tanto?¨ Nomas un poquito pero no tanto”, agregó.
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Además de reconocer toda la labor de sus directores a lo largo de sus rodajes, en el caso de la película Danzón, recordó la participación de Luis Gómez, quien en ese entonces apareció en escena a una corta edad. “Cuando veo al chiquito bailando, era una cosita así en «Danzón» (señala con sus mano la estatura). Cuando estaba en La Antigua de Veracruz y estaba tocando la (danzonera) Manzanita, ahí salen dos niños: uno de ellos es él (Luis)”.
La actriz subrayó la importancia del trabajo de la directora de la cinta, María Novaro, ya que esto revivió el danzón en las nuevas generaciones de la época. “La secretaria de Imcine (María Novaro) debería de estar aquí recibiendo estos aplausos, porque soy un intérprete que me involucré con ella hasta morir con Danzón”.
- ¿María fue la misma después de Danzón? ¿Julia se fue?
«No, no me di cuenta cuando terminó (la película), porque (Daniel) Rergis, que ya murió, seguía viniendo a bailar conmigo al salón Colonia y yo decía: cómo me voy a quedar sin bailar, yo ya era una danzonera.
«Se reían de mí las otras actrices, porque yo quería seguir bailando, quería poner un puesto y seguir viviendo en Veracruz. Tenía esa idea y después vino «Rojo Amanecer» y otras películas. Pero te puedo decir que «Danzón» se acabó un día que vino Rergis, el “Carmelo”, y me pidió ir a bailar con él después de la película, porque en mí seguía en Julia Solorzano, hasta mi hijo se había preocupado si me iba quedar en Julia Solorzano. Entonces él (Daniel Rergis) me dijo que no iba a volver, lo dejé en el avión y me quedé llorando en un bochito que tenía porque yo no era Julia Solorzano.
“Desgraciadamente no era Julia Solorzano, yo tenía que trabajar, tenía otra película y tenía que mantener a mi hija, porque me quedé viuda muy joven. La tristeza fue que yo no era ese personaje, yo quería haber sido pero no lo era, eran otras mis condiciones”.
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- Desde su perspectiva, ¿cree que ese viaje que hizo Julia fue para encontrarse a sí misma?
«Julia sabia lo que quería, que era “su negro”. Yo creo que esa película llega hasta la raíz de lo femenino, en el personaje de Tito Vasconcelos, de la feminidad de lo homosexual. Todo es femenino, cuando agarro la seda, solo una sensibilidad como la de María Novaro podría haber hecho esa obra de arte. Hoy la volví a ver ya restaurada y les diría que gocen todo.
“Todo está lúdico y maravilloso, que es lo que descubre Julia Solórzano, que no solo puede estar el Carmelo del salón Colonia, también con el joven que no es para ella porque es un niño, pero le pide a Virgen de Guadalupe ese momentito y lo tiene bailando danzón, porque eso hacen los danzoneros, acomodan su vida al danzón. Es una forma de vivir.
«Yo estaba metidísima y estaba decidida que era mi mundo, ¿sabes por qué?, porque el danzonero tiene un mundo: arreglar sus zapatos para el miércoles o jueves que toca (bailar), pintarlos, sacar el determinado arete con el vestido, tomar (refresco) Titán de uva, luego nos íbamos a comer quesadillas. Yo no quería salir de ahí. Hasta se reían mis amigas actrices y decían: ¨¿de veras la actriz de cine ya no?¨, pero se acabó y así que me quedé llorando en el Volkswagen porque no era Julia Solorzano«.
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- ¿Qué le diría a las nuevas generaciones, a una nueva Julia, a quienes están conociendo el danzón?
«Que sigan bailando, porque lo bailado no te lo quita nadie. Y que hagan como Julia Solórzano, que fue a buscar “a su negro”. Sigue existiendo ese México, que parece vino un naufragio y nos lo quitó. Ya no existe el salón Colonia, ya no existe el Hotel Rex, ya no existe la Carmen Salinas de Campeonato, y cómo cantaba. (La película) también es un homenaje a Veracruz, a Carmen, a la mujer y Agustin Lara cantando francés. ¿Cuándo va usted a ver todo eso? solo en una película que está perfectamente planeada. Es como una partitura de danzón, que puso el disco y se acabó.