Fotogalería: salón La Maraka reabre sus puertas con danzón
A las 11:30 de la mañana, la fila de zapatos bicolor, abanicos y vestidos de cóctel ya doblaba la esquina. Después de 15 meses de pandemia, el salón La Maraka abrió sus puertas al público otra vez. Aunque es conocido como “El palacio de la salsa”, su majestad el danzón fue quien lo trajo de regreso.
La renovada pista de avenida Eugenia y calle Mitla se llenó de reencuentros, añoranza y nostalgia. El pasado domingo 14 de junio se congregó de nuevo parte de la familia danzonera. “Después de estar un año tres meses encerrados estamos felices. Ya mero nos volvíamos leones, pero ya estamos aquí gracias al señor”, coinciden Merry y José Luis “El pachuco elegante”.
Lee también: El danzón se vacuna contra el Covid-19 y regresa a las plazas públicas
La pareja de más de 80 años de edad está más que emocionada por regresar al esparcimiento, aunque sea con un cubrebocas sobre el rostro. El baile es una medicina para el alma, asegura José Luis a Revista Danzoneros. “Nos sentimos como tiesos, pero ya escuchando la música ya se afloja el cuerpo, como cuando tomas una cuba y te sientes atarantado. Estamos bien relajados”.
Aunque las actividades danzoneras continuaron a la distancia, a través de plataformas digitales, el contacto humano es necesario. Para el profesor de baile Francisco Agustín este evento significó un escape al estrés, una oportunidad de saber cómo están sus allegados. “No es lo mismo estar dando clases que venir a relajarte un rato de todo el año que estuvimos encerrado. Es fabuloso y también es emocionante ver a tus compañeros, amigos del gremio danzonero”.
Aunque en su momento el encierro fue necesario para mitigar la dispersión del virus, también causó trastornos de ansiedad, refiere el instructor de baile José Eliud Cano. “Qué mejor que bailar danzón, para mi la pasión de bailar sigue existiendo”. Sin embargo, reitera que es necesario seguir con las medidas sanitarias al pie de la letra, como el uso cubrebocas y lavado de manos constante. “Tenemos que vivir diferente hoy en día”.
Te puede interesar: Agenda junio-julio: el danzón regresa a las pistas de baile
Bajo la producción de Max Olvera llegó una tercia de ases: Felipe Urbán, José Casquera y Acerina. Durante más de cuatro horas el danzón se apoderó del salón La Maraka. Clásicos como «Pluma blanca», «Dónde estás corazón» y «Tócalo con limón» orquestaron una serie de cuadros y paseos por toda la pista. Las ganas de bailar no se fueron, sólo se acumularon aún más.
Pasteles, recipientes con comida y una que otra botella de alcohol llenaron las mesas. La verbena de este ritmo de origen cubano regresó, aunque con una nueva serie de reglas. La mirada de algunos bailadores quedó en la incógnita, ya que los lentes y el tapabocas les ocultaba gran parte del rostro.
Adaptación, así fue como lo tomó la comunidad. Después de 140 años, el danzón se vuelve a acomodar, aun en los tiempos más adversos. No está de vuelta porque nunca se fue, pero tomó aún más fuerza. Así se baila la nueva normalidad.
Lee también: Danzonera Digital: el danzón más allá de sus límites