Imparten taller para sonideros en el Barrio de Tepito
Los sonideros han trascendido a través del tiempo como símbolo de la cultura musical de la CDMX. Con este taller, el público interesado sabrá parte de su historia y su modo de operar.
Cada martes se imparte en el Barrio de Tepito el taller “Infancias Sonideras: Cultura musical para todxs”, el cual busca promover la cultura de los sonideros en las nuevas generaciones.
A partir de las 15:00 horas en el Foro «Martes de Artes», los promotores culturales comparten cuentos y relatos cortos llamados “Palabra Sonidera”, los cuales fueron escritos por las «Musas Sonideras», mujeres originarias de México y Estados Unidos que se dedican a esta actividad.
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En este taller, los asistentes aprenden a realizar un slogan, un nombre artístico y un set musical para su sonidero, así como las técnicas para mandar los clásicos saludos entre canciones y poner a bailar al público, explicó la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México en un comunicado.
Otro de los objetivos del taller es la reflexión del correcto uso de los espacios públicos, tema que se trata desde la perspectiva actual que la pandemia ofrece. También abarca el rescate de los lugares comunitarios en beneficio de la población y de la cultura musical de la capital.
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Los sonideros a través del tiempo
La historia de los sonideros se remonta décadas atrás, cuando en las vecindades del barrio se contrataba un equipo de sonido para festejar algún cumpleaños, fiesta patronal, enlace matrimonial o parecido. El gusto por la música tropical data de la década de los años 30, debido a la incursión de los géneros musicales provenientes de la isla de Cuba en esa época.
Posteriormente, los bailes se ofrecían en los patios del edificio, la calle, algún salón o algún espacio de uso público. Inicialmente se usaba un tocadiscos con música grabada de discos de LP para sonorizar la fiesta, sin embargo de manera paulatina se comenzaron a usar aparatos fonográficos y magnetofónicos.
Dicho eventos llevaban el nombre de “tíbiris”, los cuales se convirtieron en promotores de la cumbia, salsa y música tropical. Actualmente también tocan, reproducen y mezclan con otros ritmos. Son una expresión de la cultura sonora de la Ciudad de México.