Vamos a romper estereotipos y barreras de género: músicas danzoneras
Rosalí, Elizabeth y Cintya contaron sus experiencias, retos y las satisfacciones que la música y el danzón ha traído a sus vidas.
Rosalí Bazán Terga es una de las mujeres danzoneras que hace le frente al dominio masculino en el mundo de la música. La violinista de origen cubano relató que desde los 7 años la música y el arte representan su más grande pasión.
Al cumplir 17 años, su llegada a la Orquesta Miguel Faílde marcó la entrada del danzón a su vida. «(He construido) experiencias y momentos muy lindos», subrayó durante la charla virtual -Las mujeres en la escena musical del danzón-.
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Bazán enlistó los retos que han presentado en su carrera, como tener que crecer lejos de su familia o el proceso de convertirse en madre.
También contó cómo en algún momento consideró que su complexión y características físicas no le permitirían tocar el violín.
Pese a ello, la violinista resaltó que sin importar los obstáculos que se le han planteado “no hay sueño inalcanzable”.
Las mujeres lo estamos haciendo bien y podemos mejorar
Criada en Acolman, Estado de México, Elizabeth Ceron también se encontró con la música en su niñez cuando sus padres la acercaron a ese mundo.
Al cursar la preparatoria fue cuando la trompeta llamó su atención. El mito que aseguraba que una mujer carece de la fuerza para tocar este instrumento terminó por acercarla al saxofón.
A lo largo de su formación, tuvo la oportunidad de tocar y aprender con maestros como Antonio Vidal, hasta que en 2017 llegó a la Danzonera Joven de México Chamaco Aguilar, donde permanece hasta la actualidad.
Más tarde, al alternar su trabajo en la danzonera Isora Club, Elizabeth encontró un espacio para romper estereotipos, barreras y ganar confianza.
«Tenemos que creer, creer en los proyectos para que esto funcione. Vamos a romper estereotipos, barreras. Lo estamos haciendo bien y podemos mejorar», enfatizó Cerón durante el evento que organizó el el colectivo mexicano Danzón: baile, cultura e identidad.
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«Debemos perder el miedo a entrar a un mundo de puros hombres»
Aún con el respaldo de las enseñanzas de su padre y abuelo, Cintya Muñoz Ramírez llegó a sentir miedo de no ser tan buena música como sus familiares.
Todo comenzó con un piano de juguete, el aprendizaje del solfeo y las escalas. Más tarde, las percusiones se volverían el verdadero interés para ella.
«No por ser mujer le pegues pianito», recordó que le decía su padre a fin de motivarla a tocar con fuerza y seguridad los timbales.
Tras muchos años de práctica, clases particuales y esfuerzo, Cintya logró convertirse en la primera mujer timbalera al integrarse a la danzonera Isora Club.
«Estoy muy orgullosa de pertenecer a la primera danzonera compuesta por mujeres. Estoy haciendo leyenda», compartió en su intervención en la charla.
Las músicas danzoneras externaron su deseo de que más mujeres se atrevan a romper los roles establecidos. Que vivan la experiencia de seguir sus sueños y que se acerquen a lo que les apasiona, como la música.
«Debemos perder el miedo a entrar a un mundo de puros hombres, romper estereotipos. Debemos Rodearnos de gente positiva…», enfatizó finalmente Cintya.