Serafín, el artesano que venera a la Virgen de Huamantla con tapetes

La Virgen de la Caridad, patrona y protectora de los habitantes de Huamantla, Tlaxcala, tiene una de las celebraciones más coloridas del Estado. Ocurre cada año en el mes de agosto; las calles y el atrio de la Basílica se visten con tapetes y alfombras hechas de aserrín de colores, tierra de diferentes texturas, arena y polvo de piedras finas. Al final de su preparación, las creaciones se enmarcan con semillas o flores con aserrín y semillas.

Provenientes de Huamantla, Tlaxcala, los y las artesanas son convocados para llevar a cabo esta ardua y bella tarea. Quienes confeccionan los tapetes y alfombras se han convertido en especialistas en la elaboración de estas obras de arte efímero, reconocidas a nivel mundial.

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Serafín de la Luz, con más de 50 años de trayectoria festejando a la Virgen de la Caridad

Serafín de la Luz es un artesano que lleva más de 50 años participando activamente en la elaboración de tapetes y alfombras. Por ello, el oriundo de Huamantla cuenta un poco acerca de sus inicios: «comencé a los 16 años con este oficio el cual aprendí viendo; me les pegaba a los alfombristas de la época y no perdía ningún detalle, preguntaba mucho y así fui formando mi propio estilo».

Gracias a ello, el maestro ha realizado alrededor de 150 tapetes y alfombras a lo largo de su vida en su estado natal. Además, Serafín de la Luz ha presentado su trabajo en lugares como Tamaulipas, Oaxaca, Guanajuato, Morelia, Ciudad Juárez y Villa Hermosa; así como el cumplimiento de encargos para eventos políticos, sociales y culturales.

Serafín asegura que «este trabajo, antes que arte, es fe», ya que esta labor artesanal une a las familias de la región, asegurando que «este arte efímero existe por la fe de la gente y la devoción a la Virgen de la Caridad». Esa fe que comenta el maestro, de acuerdo con sus palabras, se ve traducida en alfombras y tapetes de colores y flores, los cuales fungen como ofrenda para la Virgen.

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Un trabajo bello pero laborioso

Los diseños de los tapetes y alfombras cambian cada año. Para trabajarlos utilizan, por lo menos, tres moldes hechos de cartón negro, madera, triplay o lona. Serafín explica que «para hacer una alfombra a uno le dan una estampa de la imagen que va a realizar. Primero se hace un boceto y luego el patrón, ya con la habilidad que uno tenga en el dibujo de ahí partirá todo para el terminado y detalles de la imagen.»

El artesano comenta que, por muy fácil que algunas alfombras luzcan en cuanto a su elaboración, la más sencilla tarda en estar lista entre cuatro y seis horas de trabajo; el artista debe de estar hincado todo el tiempo, lo que genera un desgaste en las rodillas. Por esta última razón, Serafín se someterá a una operación.

«No me arrepiento ahora, porque he tenido mis satisfacciones. Los primeros años como que pesa, pero ya después se va acostumbrando el organismo a estar así. Estoy satisfecho con lo que logré; tengo una casita modesta, estoy bien con mi familia y siempre quise que mis hijos se superaran más que yo y lo logré, todo gracias a este oficio”, explica el maestro.

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Hay que dejar un legado para que Huamantla siga siendo Pueblo Mágico

El artesano recuerda que, en sus inicios, nadie le quería enseñar este arte, por lo que se molestaba demasiado. Por lo mismo, él comparte sus conocimientos «yo sí comparto lo poco que sé. Siempre digo ‘¿uno qué se va a llevar cuando se muera?’ pues nada. Esto hay que enseñarlo y dejar un legado y que así se dé un realce a la magia que tenemos como Pueblo Mágico”.

Serafín de la Luz ha enseñado en la Casa de la Cultura de Huamantla, Tlaxcala; también ha sido juez en el concurso infantil de mini alfombras en su estado natal. Por parte del Instituto Tlaxcalteca de la Cultura impartió talleres de dibujo, y en 2016, fue acreedor a un apoyo económico por parte del Programa de Acciones Culturales y Multilingües y Comunitarias (PACMyC), esto con el fin de fortalecer la creación de alfombras y tapetes artesanales.

La tradición de los tapetes de Huamantla es considerada la ofrenda más grande del mundo, pues consta de más de 7 kilómetros de longitud. La festividad hacia la Virgen inicia la noche del 30 de julio, mostrando los primeros tapetes el 1 de agosto. Posterior a ello, cada tercer día se confeccionan nuevas alfombras con temas religiosos.

El punto cúspide de la celebración es en la noche del 14 y madrugada del 15 de agosto, donde la ciudad se convierte en una esfera de magia y tradición reconocida como «la noche que nadie duerme».

Con información de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.