El nombre sí importa
El nombre de un danzón tiene importancia por el significado por su origen.
Todos tenemos uno o varios danzones favoritos, ya sea porque nos gusta la música de las primeras melodías o nos gusta el montuno; porque nos trae algún grato recuerdo o simplemente porque las notas de determinadas composiciones nos hacen mover los pies al ritmo de la música.
Hay Danzones que nos invitan a bailar apenas escuchamos los primeros compases, a mí me pasa cuando inicia Qué pasó Mariano o Joaquín Capilla, si no me equivoco este último es también un danzón que le gusta mucho al director de esta revista Arturo Ordaz. Sin embargo casi siempre bailamos lo que nos ofrecen las orquestas simplemente por el gusto de bailar danzón, pero pocas veces sabemos algo acerca de las motivaciones del compositor para componer o titular una pieza, en el fondo todas las obras musicales tienen -aunque no lo sepamos- su historia, sus anécdotas y su caus. No obstante, frecuentemente esas razones solo son conocidas por el autor, otras veces sin embargo, es más o menos claro o podemos intuir el motivo o justificación de su creador tan solo por el título con el que nombra su pieza musical, o también a través de las anécdotas que se cuentan sobre determinada pieza.
Lee también: El danzón debe continuar
Parafraseando al pensador Ortega y Gasset podríamos afirmar que el compositor es él y su circunstancia, influyen en su creación tanto su entorno familiar, como las coyunturas de su desarrollo personal y los acontecimientos de la sociedad a la que pertenece, que marcarán en mayor o menor medida la intención de su creación musical o el apelativo a elegir.
Por tanto, no resulta extraño que exista un danzón dedicado a Joaquín Capilla, quién fue un gran clavadista que ganó una medalla de oro a mediados de los años cincuenta en Australia, habiendo ganado plata y bronce previamente en los Juegos Olímpicos en Finlandia y Londres, un atleta tan destacado se convirtió por sus hazañas deportivas en uno de nuestros héroes populares. Pero no es el único caso, el deporte ha aportado inspiración para muchos otros danzones que han sido dedicados a figuras sobresalientes, tanto en lo individual cómo en forma colectiva, por ejemplo: hay un danzón dedicado al pugilista “Kid Azteca”, otro al Gran boxeador cubano-mexicano -como lo es el danzón- “Ultiminio Ramos” y uno más para el “Ratón Macías”, yo en realidad no soy aficionada al pugilismo, sin embargo, recuerdo perfectamente a mi madre gozando los triunfos del “Ratón “ y sufriendo sus derrotas aunque solo fueron dos, incluso recuerdo haber escuchado el danzón del “Ratón Macías” en mi casa a pesar de que mi mamá no era especialmente afecta al ritmo que a mí me cautiva.
Te puede interesar: Entre rimas y evocaciones poéticas del danzón
Tal vez una de las historias deportivas más impactantes dio origen al danzón “El Arete de Mariles”, a diferencia del boxeo en el caso de la equitación sí soy aficionada, desde muy niña monté a caballo, pues conviví con los equinos en la casa de mis abuelos y de joven tomé clases de salto en el Colegio Militar, por lo tanto la historia del caballo del Teniente Coronel Mariles me atrajo desde que la conocí, el militar ganó en una olimpiada 3 medallas para México, además de lograr la primera de oro en la historia del país, montando a un caballo tuerto y desoyendo al presidente Miguel Alemán y otras autoridades para que no compitiera con un caballo sin un ojo, Mariles desobedeciendo a todos y confiado en su pericia y la del caballo obtuvo el primer lugar, el danzón de Acerina que rememora esta gesta, me transporta en la imaginación a ese momento, especialmente en el montuno, cuando la música parece contenerse ligeramente para luego resonar alegremente, como si fuera el trote del caballo reprimido levemente por el jinete precisamente en el momento antes de saltar el obstáculo, para inmediatamente después de logrado el salto, observar el regodeo del animal y su conductor ante el objetivo cumplido.
Hay danzones dedicados a equipos que logran una hazaña para sus aficionados, recuerdo uno que me gusta mucho “Veracruz campeón” tan conocido es, que ha sido interpretado por muchas orquestas danzoneras.
Otros Danzones se inspiran en acontecimientos importantes que ocurren en un entorno social determinado, pienso por ejemplo en el danzón “Masacre” o “Teléfono a larga distancia”, pero también en danzones que recuerdan cual una fotografía, momentos cotidianos vividos en algún lugar, por ejemplo el danzón “Ovaciones” que nos recuerda cómo se vendía hace algunos años la edición vespertina de ese diario deportivo y nos recuerda el grito de los voceadores con su característico sonsonete: “el ovaciones de hoy” , muchas de estas imágenes han ido desapareciendo o convirtiéndose en marginales con el arribo de la tecnología y las redes sociales, que han sustituido en parte la lectura de las páginas en papel cambiándola por la consulta en línea.
Muchos Danzones y por razones muy comprensibles han sido dedicados a los salones o a los clubes de baile, como los siguientes casos: “Salón México”, “Salón Colonia”, “Salón Imperio”, “Salón Casa Blanca”, “Club Fénix”, “Club Anáhuac”, entre otros muchos.
Te puede interesar: Sin mujeres no hay paraíso… ni baile de danzón
Hay Danzones que se inspiraron en bailarines conocidos o en parejas destacadas, y de Ello hay muchísimos ejemplos, me vienen a la memoria: “Nancy y Paco”, “Maru y Freddy”, “Tú mi flor de café”, dedicado a Bety Almanza y Fer, “Alicia López”, “Félix Rentería” y “Arturo el Pachuco” con quien bailé en varias ocasiones.
Una modalidad que se ha hecho popular recientemente son los danzones que se hacen por encargo, retribuyendo económicamente al compositor y a las orquestas, de esta manera se ha incrementado mucho el acervo musical y hay nuevas propuestas bailables para regocijo de la comunidad danzonera. Tal vez uno de los personajes que cuenta con más danzones es el Comandante Jesús Terrón, quién tiene en su haber al menos una docena de ellos interpretados por diferentes orquestas danzoneras, a mí en particular me gusta “El macho Terrón” ejecutado por la orquesta de José Casquera, por cierto ésta orquesta interpreta muchos danzones del maestro Genaro Fuentes, al igual que la Danzonera México, y la América, muchos de los danzones compuestos por el maestro Fuentes han alcanzado popularidad en el gusto danzonero, como “Mary y Morquecho” o el dedicado a “Rosy Roa”, también “Ángeles de la Brena” o uno que hemos bailado en el teatro hecho para nuestros queridos amigos de Guadalajara “Paty y Ariel”.
Hay otro Danzón conocido que se llama “Lulú” dedicado precisamente a la esposa del maestro Fuentes, Lulú Bringas, algunas personas creen erróneamente que este danzón fue compuesto por el maestro Diego Pérez y dedicado a Lulú Sosa, nuestra querida amiga bailadora de Oaxaca. El maestro Fuentes es un prolífico compositor y excelente persona, hemos tenido la oportunidad de estar en su casa en la ciudad de México y para nuestra alegría nos regaló algunas interpretaciones en su piano, aparte de los mencionados, otros danzones que me gustan de él son “María Rojo” y “Willy 52”.
Cuándo bailamos un Danzón, sobre todo si nos gusta o es de nuestros favoritos, quizá sería interesante tratar de conocer algo de él, saber por ejemplo quién lo compuso, si hay alguna historia detrás o sí conmemora algún acontecimiento. En este tenor, recuerdo mucho al maestro Silverio Fuentes director de la Danzonera Aragón, que en sus presentaciones tiene la costumbre de indicar quién es el compositor de cada pieza que va a interpretar y en ocasiones hasta el año en que fue compuesta, cuando alguien le pide un danzón, usualmente pide que antes le digan quién fue el autor, en realidad aunque el que solicita no lo sepa, Don Silverio de todas maneras interpreta la melodía solicitada indicando antes la respuesta correcta, desde mi punto de vista este proceder del director de la Aragón es muy atinado ya que contribuye a incrementar nuestra cultura danzonera.
Lee también: Del California a California
Hay otro grupo de Danzones dedicados a regiones, lugares o ciudades, y muchos de ellos son famosos: “Veracruz cumbanchero”, “Acayucan”, “Champotón”, “Zacatlán”, “Tlacotepec”, “Tampico” y danzones conocidos en un ámbito local, como el “Atardecer Reynosense” del maestro recientemente fallecido Pepe Ramos. Don Pepe tocaba varios instrumentos y cantaba una sentida letra al interpretar su danzón, tuvimos el gusto de conocerlo y escuchar su música en varias ocasiones al visitar la fronteriza ciudad de Reynosa con motivo del Festival Rosa Brondo, Doña Rosa que en vida fue esposa del organizador del festival Elio Palacios, también tiene un danzón en su nombre interpretado por la danzonera del Chamaco Aguilar.
Mi esposo y yo hemos visitado varios años ese festival danzonero anual al que le tengo especial afecto por muchas razones, entre las que están, la gentileza de las personas que organizan y participan en él y sobre todo escuchar a la orquesta sinfónica infantil que dirige espléndidamente el maestro Raúl Flores, esa orquesta interpreta un danzón hecho a partir de un tema musical de mi autoría, yo les envié las partituras hace años y cada vez que vamos me emociona oírla con los jóvenes que conforman la numerosa orquesta sinfónica, la historia de ese danzón está en esta revista .
Finalmente quiero concluir señalando que el danzón ha ido adaptándose a los tiempos que le han tocado vivir por ya casi siglo y medio, y a su vez ha ido contribuyendo a la cultura popular estampando su propio sello, los nombres de varios de los danzones dan cuenta de ello, seguramente para un extranjero ajeno a nuestra cultura sería difícil comprender el sentido de algunos nombres como “Emilio amarra tu perro”, “Trábalo Juan”, “Dos pastillas de tequila”, “Caldo de oso” o el muy irreverente “Japón tu pale y China tu male”.