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Entre rimas y evocaciones poéticas del danzón

En esta entrega, la cronista Mina Arreguín platica sobre la estrecha relación entre el danzón y la poesía.

 ·  julio 19, 2022
Entre rimas y evocaciones poéticas del danzón
Los bailarines lucieron sus mejores pasos ante la danzonera. / Foto: Arturo Ordaz - Revista Danzoneros.

Inicio este texto con un párrafo de mi libro Danzón abanico de tonalidades que contiene mi punto de vista acerca de la especial atracción que genera este ritmo en las personas que tienen contacto con él:

 “¿Qué es lo que tiene el danzón que atrapa a la gente? ¿por qué tantos personajes del mundo intelectual se han convertido en admiradores del ritmo y del baile? cineastas, escritores, directores de orquesta, compositores de música clásica, pintores, artistas plásticos, periodistas, etc…” (Pág 97).

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En efecto, el danzón cautiva a quien lo escucha y desde luego a quien lo baila. En concordancia con lo dicho por Jaime Sabines, ese enorme poeta chiapaneco pleno de sensibilidad popular, que nos invita a no perder el tiempo y disfrutar un danzón en su nocturno “A éstas horas aquí” publicado en su libro La señal de 1951, reproduzco un fragmento:

Habría que bailar ese danzón que tocan en el cabaret de abajo,
dejar mi cuarto encerrado
y bajar a bailar entre borrachos.
Uno es un tonto en una cama acostado,
sin mujer, aburrido, pensando,
sólo pensando.
No tengo "hambre de amor", pero no quiero
pasar todas las noches embrocado
mirándome los brazos,
o, apagada la luz, trazando líneas con la luz del cigarro.
Leer, o recordar,
o sentirme tufos de literato,
o esperar algo.
Habría que bajar a una calle desierta
y con las manos en las bolsas, despacio,
caminar con mis pies e irles diciendo:
uno, dos, tres, cuatro...

Cabe comentar que la cantante Malena Durán realiza una gran interpretación de este mismo fragmento en su disco que vio la luz en el 2009 denominado “La primera lluvia del año”, con música de Jorge Buenfil y arreglo de Omar Guzmán.

Malena es una gran intérprete, su amplio registro vocal y su capacidad interpretativa ha sido reconocida, incluso por cantantes de la talla de Eugenia León. El danzón que interpreta en su disco es una pieza muy bien lograda, en él se musicalizan también otros poemas de Don Jaime Sabines. Aunque en especial éste, me parece que vale la pena ser destacado aquí y darlo a conocer como obra musical plena a quienes no hayan tenido la oportunidad de escucharlo.

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Yendo ahora a otro tipo de escritura, resalto la prosa poética la actriz María Rojo en su también muy bello texto del cual utilizo estos fragmentos:

“Majestuoso, sensual, cachondo y acompasado, el danzón, el rey de los bailes. Quién lo aprende a bailar ya puede bailar todo…Reventarse un danzón eso sí son palabras mayores…Y se paran a bailar los de endenantes, los que saben compartir sus dos mitades, a los que les bastan 50 centímetros de suelo, o un ladrillo para mostrar sus habilidades, destreza y su enjundia. Los que arrastraron los pies hasta sacarle viruta al piso; con el “estilacho” que solo da la sabiduría. ¡Fuera desfiguros! Sólo ese elegante, leve, acompasado, reblandecido y amortiguado oscilar de la cadera. No importan las várices, la estatura, la panza de pulquero, la lonja, las dolencias del cuerpo o del alma; al fin que el democrático danzón sí presta, a todos nos da chance…”. (Danzón abanico, pág.29)

María no solo es la espléndida actriz reconocida por sus múltiples participaciones en cine y teatro, ganadora de muchos galardones y sobre todo reconocida por el público danzonero en el papel de Julia Solórzano en la película Danzón, es también, como es fácil ver, una buena escritora con sensibilidad e inspiración para plasmar sus pensamientos bellamente.

Hay muchos otros ejemplos para ilustrar las emociones que se producen al ejecutar el baile. Mi amigo Gabriel Espinosa, a quienes algunos conocen como bailador, poeta del danzón y fue uno de los protagonistas del primer congreso internacional de danzón en 1994, cuenta con varios poemas sobre el tema. Gabriel alterna el baile y la academia con la escritura, aquí tres fragmentos que me gustan de su poema “Bailar danzón es un ritual” (Danzón abanico…pág. 136):

Bailar danzón es un ritual
Un sortilegio…

El danzón es un conjuro,
Un prodigioso ensalmo
que todo lo transforma…

El danzón hace del bailador
un sabio que descifra cábalas,
descubre alquimias
devela misterios…

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No podría soslayar el género tal vez más tradicional ligado al baile de danzón y muy extendido bajo el calor tropical de Veracruz. Aunque no solo pertenece a esa región, ya que en las huastecas potosina e hidalguense se cultiva también. Sin embargo es común la identificación de los versos de los decimeros y sus populares rimas con la cultura jarocha. Un ejemplo son las composiciones del famoso Paco Rivera, mejor identificado como Paco Píldora, aquí dos ejemplos (Rafael Figueroa, Danzoneros del puerto de Veracruz, págs. 14 y 21): 

Veracruz vibra en danzones,
pues llega la emigración
de los alegres cubanos.
Son maestros, artesanos,
en las letras y el danzón.
así sin repelo asentadito
con sabrosa cadencia en la cintura
el paso más calmado y suavecito
fue tomando el danzón más sabrosura.

Otro ejemplo, muy destacado y más actual, es la versificación del maestro decimero Félix Martínez González, quién se denomina a sí mismo: Félix Martínez y a la vez González. Él es poseedor de la gracia y picardía características del jarocho, sus versos plenos de ingenio han sido dedicados a las tradiciones veracruzanas y al puerto de Veracruz de hace algunos años. También realiza una crónica espléndida que llena de orgullo a los veracruzanos e identifica lugares y personajes de otro tiempo, constituyéndose sus rimas en un referente nostálgico de la cuatro veces heroica ciudad, que alberga en su seno el danzón.  Elijo aquí unos fragmentos (Rafael Figueroa, Danzoneros…pág 34):

¡Ah bailador de danzón!
que luciendo con orgullo,
ese contoneo tan tuyo,
desparramas emoción,
y no le falta razón
a aquél que al recrear su vista,
te considera un artista
al verte bailar así,
anda ven y baila aquí
que es tuya toda la pista
Con cadencia de palmera
mecida por viento suave,
sigue el ritmo de la clave
tu arrogante compañera,
que bien mueve la cadera
pero sin exagerar.
A tiempo sabe girar
al impulso de tu mano
y tú te dices ufano
ésta si sabe bailar.

En otras latitudes encontramos también pensamiento poético, y cómo no, si nadie duda de la creatividad de los cubanos, que además son los inventores del género danzón. Cómo no recordar el extraordinario poema Instrucciones para bailar danzón, de autor anónimo y que fue popularizado en México por el destacado escritor Gonzalo Celorio.

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Don Gonzalo aunque mexicano es hijo de madre cubana y él mismo considera su nacionalidad, mitad mexicana y mitad de la isla. El poema en voz de Celorio está incluido como tema en el disco Danzones sinfónicos de Cuba y México del maestro Gonzalo Romeu. De ese poema tengo gratos recuerdos, ya que el maestro Celorio solía visitarnos en varias ocasiones en un bar que fue de mi propiedad ubicado en Guadalajara y en una de ellas le preguntamos si recordaba el poema completo y nos respondió declamándolo, haciendo el deleite de todos los que estábamos en esa memorable noche en el bar El Gato Verde.

Asentar la cadera serena y vertical,
Con firmeza y quietud de hierro macho
Echar la mano zurda que es la del sentimiento,
arriba muy arriba
Como para pescar en el mar del humo enrarecido
Invisibles soplos de lumbre.
Apretar con la savia mano derecha
contra el pecho jadeante y orgulloso,
a la pareja preciosa y ligera
para comunicarle el ritmo de la sangre;
Y soltar al fin los pies sedeños,
En desliz corto emocionado y grave,
siguiendo sin equivocaciones
el son del corazón profundo
¡Eso es… bailar danzón!

Continuando con la inspiración caribeña ahora una magnífica prosa poética del gran músico Gonzalo Romeu, quien aparte de sus indiscutibles talentos en la composición, dirección y ejecución de música clásica y danzón, es un muy sensible escritor. Para ejemplo esta pequeña selección de su bello texto: El danzón entre Cuba y México: breve historia de un largo amor (Danzón abanico…pág 247). En el texto reivindica, desde mi punto de vista, la paternidad del danzón como perteneciente a dos naciones. Si bien indiscutiblemente el inicio es Cuba, la penetración y desarrollo que ha tenido en nuestro país lo ubica como un segundo padre, es un caso similar al del bolero.

Aquel mar que lejos de separar a Cuba y España, unía a la Isla con la Península en un abrazo inmenso -a decir de José Martí-, es el mismo que une a Cuba y México en un espacio tan pequeño que, más que un estrecho abrazo, parece el beso pasional de dos amantes furtivos. Tenemos dos grandes amores, dos músicas inmensas: el bolero y el danzón. Las hemos compartido con tanta generosidad, que pasa a segundo plano la necesidad de saber si el bolero va o viene, o si el danzón llegó o fue para allá.

Espero con estas líneas motivar a los lectores en general y especialmente a los pertenecientes a la comunidad danzonera a involucrarse en la lectura de textos poéticos o del tipo que más les agrade. Los ejemplos aquí incluidos son solo una pequeña muestra. En mi libro sobre el danzón, ya mencionado aquí, hay algunos otros poemas de mi autoría en forma de verso libre. En otras publicaciones se pueden encontrar varios más, en el libro del Dr. Rafael Figueroa hay varios otros textos, entre ellos los de mi amigo Alejandro Cornejo Mérida, quién es bailador y también, como yo, cronista del danzón.

Bibliografía
Danzón abanico de tonalidades, Mina Arreguín 2017
Danzoneros del puerto de Veracruz, Rafael Figueroa 2018
La señal, Jaime Sabines 1951

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