Una orquesta muy especial en Reynosa

Los que bailamos danzón, de alguna manera, también somos conocedores en mayor o menor medida de las principales orquestas. Por supuesto cada bailador tiene sus preferencias, sin embargo desde mi punto de vista ubico como las más importantes, o quizá las más buscadas para los eventos, a las magníficas agrupaciones de Felipe Urbán, José Casquera, el Chamaco Aguilar y Acerina. Todas ellas radicadas en la Ciudad de México y su zona conurbada.

Sin embargo, en este grupo creo que debemos incluir a La playa de Paso de Ovejas Veracruz, que es una orquesta muy buscada por los bailadores, tal vez por su ritmo tradicional y cuadradito con el que muchos instructores inician a sus alumnos cuando enseñan los primeros pasos de baile, a diferencia de Acerina que está catalogada como “solo para conocedores”.

Lee también: El nombre sí importa

En realidad todas las orquestas que he mencionado son extraordinarias, como lo son también las que tienen menos participación en las muestras, y son quizá, menos conocidas en provincia como los ejemplos que daré y que están también radicadas en el la capital del país.

Creo que nadie discutiría la calidad de la Danzonera Yucatán del maestro Pablo Tapia con su sabroso ritmo “acubanado”, ni de la Real Danzonera del maestro Vidal, o la Danzonera América del siempre amable maestro Daniel Guzmán. Tampoco podemos escatimar las buenas ejecuciones de la Danzonera Isora Club, que por razones de género es una de mis favoritas, de la Dimas, la de Santa Luna, la Aragón del maestro Fuentes, la México del maestro Genaro Árciga, la Continental de Iztapalapa, la Juárez con sus coros de voces, la Anáhuac del maestro Gerardo Arreguín mi tocayo de apellido y otras más.

La zona metropolitana de Ciudad de México y sus vecinos del Estado de México concentran a la mayoría de estas agrupaciones musicales, por lo visto el histórico centralismo que hemos padecido en nuestro país en otros ámbitos, también es claramente evidenciado entre los ejecutantes de música de danzón. Creo no equivocarme cuando digo que todas las orquestas que he escuchado como bailadora son buenas y me parece que mi argumento es difícil de contradecir, los músicos que tocan en ellas han estudiado, desarrollado una experiencia musical, conocen el ritmo que interpretan y las particularidades que lo hacen diferente.

En el interior de la república también hay orquestas reconocidas por los bailadores del país, en Veracruz La Playa ya mencionada y la otra Playa de los Hermanos Varela, también la Tres Generaciones que conduce Miguel Ángel Zamudio, la de Manzanita del recientemente fallecido Eliseo Matus y la Alma de Veracruz, por mencionar a las más conocidas. Rumbo al norte está la Danzonera Digital de Monterrey, que tiene un sonido muy característico y académico; las más jóvenes en Tijuana, la Kalafia del maestro Alberto Corrales y la FEDATI de Francisco Guerrero.

Te puede interesar: El danzón debe continuar

Quiero comentar aquí, que en la ciudad fronteriza de Reynosa, existe una agrupación que me motivó a escribir este artículo: una orquesta Infantil y juvenil que interpreta danzón, la Banda Sinfónica Infantil Raúl Flores García, dirigida magistralmente por el maestro Raúl Flores Valenzuela, quien es hijo del maestro Flores García quién durante muchos años, impartió clases y formó a muchas generaciones de niños y jóvenes en esa ciudad, por ese motivo la escuela primaria lleva su nombre y la orquesta también.

Me emociona observar a esos jóvenes de una primaria de extracción popular ejecutando correctamente las piezas que han ensayado, han adquirido como valor el orden y el respeto. Da gusto verlos llegar en su camión y bajar impecablemente uniformados y con toda corrección, jóvenes contentos, niños y niñas  sonrientes, que a su edad se divierten y juegan entre ellos antes de las presentaciones mientras esperan tras bambalinas como cualquier niño en esas maravillosas edades.

Sin embargo acatan de inmediato cualquier instrucción o llamado al orden en cuanto el maestro Flores lo solicita, es muy evidente que estos chicos tienen una relación de cariño y respeto con su maestro y director. Eso es algo en lo que me he fijado mucho ya que he tenido la oportunidad de estar en el  festival de danzón en Reynosa en varias ocasiones. Las madres y padres de esos niños, me consta, arropan al maestro Flores y lo respetan, es común verlos participando en los conciertos que ofrecen.  

La banda tiene 12 años de haber sido formada, ya han estado en 11 estados de la República y en el extranjero se han presentado en Miami y en Torino, Italia. En palabras del maestro flores: “…lo importante no es que un joven aprenda a tocar un instrumento para ser músico, sino aprender a tocar un instrumento para ser una mejor persona, un mejor ciudadano… la música se convierte en una herramienta de transformación social, bien empleada, con principios sólidos como la constancia y la perseverancia. A los chicos se les pide responsabilidad, cualquiera puede comprar un instrumento y cualquiera puede comprar un cuaderno pautado, pero obtener la responsabilidad y la consistencia es otra cosa, eso no se vende en ninguna tienda…”.

Creo que pocas personas imaginan que en la frontera noreste, en Reynosa, existiera una tradición danzonera, por lo menos en mi caso así ocurría. Sin embargo, el maestro Flores nos comenta que en Reynosa la música de danzón que llegó antaño y se hizo conocida era el danzón cha, en una línea musical distinta. Él mismo proviene de una familia de músicos, su abuelo el profesor Elías Valenzuela Adame que en vida fue apodado “El Cokeno” y da nombre a la Danzonera que ya se cuenta en la ciudad. Esta danzonera ha sido formada por músicos profesionales y se ha enriquecido con la incorporación de muchos de los jóvenes más destacados -algunos prácticamente niños- provenientes de la banda infantil.

El maestro Flores indica que el danzón ha sido muy importante en el desarrollo de esta banda infantil y juvenil y en la incorporación de muchos elementos a la danzonera “El Cokeno”. Los ocho años en el festival de danzón de Reynosa “Rosa Brondo” los han impulsado a mejorar y esforzarse al tener que estudiar y aprender danzones en una línea correspondiente más a lo que es el danzón original.

Lee también: Entre rimas y evocaciones poéticas del danzón

Otro elemento de la tradición danzonera en Reynosa son las partituras dejadas por el maestro Pepe Ramos, finado recientemente y a quien tuvimos el gusto de conocer tocando su violín y a veces cantando su bello danzón “Atardecer reynosense”. Don pepe también compuso el danzón Rosa Brondo, a la memoria de la finada esposa de Elio Palacios, organizador del evento, y que han enriquecido el acervo musical local.

El inquieto maestro Flores adapta las partituras de las danzoneras a su banda sinfónica y busca intercambios con músicos oaxaqueños que están escribiendo partituras de danzón específicas para banda como la que el dirige, con la dotación correspondiente a este tipo de orquesta y distinta respecto a las danzoneras tradicionales. También han recibido del CNIDDAC varias partituras, en este festival de 2022 al menos ocho, y un arreglo de la danzonera de Felipe Urbán de la pieza “El Santanero”. Yo por mi parte les obsequié hace años las partituras de mi danzón “Mina, en el eco de tu risa” mismo que interpretan cada que hemos ido, con la emoción que eso me produce.

Con modestia el maestro Flores indica que las piezas que ha preparado la banda año con año y la interpretación que hacen de ellas es su aportación, su granito de arena con su propio estilo, en una ciudad como Reynosa. El maestro espera que: “…todos los visitantes de fuera de su ciudad al escuchar a la banda infantil y la danzonera nos llevemos un mensaje de paz, sobre todo de Reynosa que tiene mala fama por las circunstancias de violencia en la que ha vivido…”.

La idea de formar una orquesta en la escuela, en la cual su padre fue maestro, es el mejor homenaje a su memoria. El maestro Flores indica que «la idea fue el formar algo que trascendiera, no algo material que estuviera y que a lo mejor con el tiempo se acabara, sino algo que realmente perdurara y trascendiera en el espíritu y la formación de los jóvenes…” .

Lee también: Sin mujeres no hay paraíso… ni baile de danzón

La proeza de conformar una orquesta prácticamente sin apoyos de las autoridades, es un mérito gigantesco, los jóvenes que forman parte de esta orquesta no compran los instrumentos, se les proveen, igual que las partituras y la enseñanza todo es gratuito. Solo basta con tener voluntad y ganas de aprender la música, si bien esa es una característica que le da a la orquesta libertad de acción, también sería importante que organismos de fomento cultural y gobiernos de cualquier instancia apoyaran este esfuerzo que ya ha demostrado en años su viabilidad e importancia.

A Reynosa hemos ido por varias razones, como ya lo he mencionado en otras ocasiones. El festival es organizado por gente especial y amable, pero también por observar cómo año con año la orquesta se supera a sí misma y va incluyendo jóvenes desde los 6 años, verdaderos niños con ganas de aprender música y la ejecución de  un instrumento, pero sobre todo como bien indica el maestro Flores con el objetivo de formar ciudadanía y personas responsables.

Dedico este artículo al maestro Raúl flores Valenzuela por su encomiable labor y a todos los jóvenes y niños que han participado o participan actualmente en esta gran agrupación por su esfuerzo en aprender música y valores.