Arturo Márquez, compositor entre el conservatorio y el baile de salón
Aunque el danzón más famoso de Arturo Márquez es el número 2, tiene un total de 9 composiciones de esa clase.
Arturo Márquez Navarro es el compositor mexicano más conocido en el mundo, dentro de la música sinfónica, debido a su forma única de componer, utilizando al baile de salón como base, principalmente el danzón.
Originario de Álamos, Sonora, Arturo Márquez nació el 20 de noviembre de 1950, y desde su infancia cimentó el rumbo de sus composiciones. Escuchaba las piezas tradicionales del cuarteto de mariachis dónde su padre daba vida al violín y su abuelo a la guitarra.
Su formación musical comenzó en 1962 cuando su familia se mudó a Los Ángeles, California. Para su adolescencia, Arturo Márquez escuchaba tanto a Javier Solís, al Trío Manantial Calí, sones y vallenatos, así cómo a The Beatles, The Doors, Santana y Chopin.
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En 1965, Márquez comenzó a estudiar violín en la Junior High School, posteriormente tuba, trombón y piano al cumplir 16 años. A los 17 años regresó a Sonora y al cumplir la mayoría de edad se volvió director de la Banda Municipal de Navojoa hasta 1975.
En 1970 el compositor ingresó al Conservatorio Nacional de Música para estudiar piano. Seis años después se matriculó en el Taller de Composición del actual Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), donde estudió con Joaquín Gutiérrez Heras, Héctor Quintanar, Federico Ibarra y Raúl Pavón.
Durante su estancia en México, Arturo Márquez, se integró al grupo “Mandinga” junto a Irene Martínez y Andrés Fonseca, quiénes lo introdujeron al baile de salón, específicamente al danzón. Para 1992, influenciado por la música popular, compone el “Son a Tamayo para arpas y percusiones”, mezclando ritmos populares con técnicas modernistas.
En 1990 ante sus inquietudes creativas, con sintetizadores y un ordenador compuso el “Danzón No. 1”, el primero de una colección que se haría popular.
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La obra más famosa del músico, el “Danzón No. 2”, nació como una respuesta cuando la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM) le encargó una pieza musical. Este danzón se lo dedicó a su hija, Lily Márquez. Cómo el compositor creó esta obra en los primeros meses de 1994, durante la época del movimiento zapatista, le surgió la inquietud de darles justicia a los pueblos indígenas.
El éxito de su obra lo movió a componer durante el mismo año el “Danzón No. 3”, destinado a crear un repertorio que dignificaría el baile de salón.
Con el tiempo el número de danzones compuestos ascendió a 9.
• Danzón No. 1 (1990)
• Danzón No. 2 (1994)
• Danzón No. 3 (1994)
• Danzón No. 4 (1996)
• Danzón No. 5 Portales de Madrugada (1997)
• Danzón No. 6 Puerto Calvario (2001)
• Danzón No. 7 (2001)
• Danzón No. 8 (2004)
• Danzón No. 9 (2017)