El abanico empodera a las mujeres en el danzón: Maru Mosqueda
Este artículo también es un complemento para el atuendo.
Por Paola Reyes
Al inicio fue por lucir y por combinar el atuendo, pero después se convirtió en una extensión del brazo y de la mano de las mujeres. El abanico nos ayuda a empoderarnos, explicó María Eugenia Mosqueda, instructora de danzón.
En entrevista para Revista Danzoneros, Mosqueda recordó el momento en el que la forma de usar el abanico en el danzón la atrapó. Todo comenzó en el salón California cuando vio a una mujer elegante bailar de una manera majestuosa con el abanico. Le sorprendió los movimientos sincronizados de los pies, fue ahí donde se dio cuenta que quería bailar como ella y que un día usaría el abanico así.
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Relató que al principio ocupó este complemento en los estribillos y en los movimientos cadenciosos, después en los remates, montunos y los floreos. Su objetivo era buscar el equilibrio y coordinación del cuerpo
«El abanico les da a las damas un estilo propio, con ayuda del movimiento de pies y cadencia», resaltó Mosqueda. Además, las ayuda a reflejar una mejor expresión corporal a través de diversas técnicas, entre ellas la coordinación con otras extremidades.
Asimismo, consideró que el abanico en las mujeres se ha convertido en una necesidad para su atuendo, ya que también busca combinarse con los zapatos, vestidos y tocados.
María Eugenia también contó que el danzón le ayudó a adquirir nuevas habilidades, tanto a ella como a sus alumnas. Se dijo contenta de verlas girar sin importar su edad: «hoy tengo mujeres que tienen más de 60 años y están girando como si tuvieran 20 años o 30 años, con una habilidad y agilidad».
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Con información de Arturo Ordaz