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Circulando por…

Los danzoneros pueden recorrer todo el país con tal de bailar, escribe Mina Arreguín en su columna.

 ·  junio 22, 2023
Circulando por…
Foto: Cortesía Manuel Mora.

Todos conocemos el danzón “Nereidas” del gran compositor oaxaqueño Amador Pérez Torres “Dimas”, considerado con justa razón el rey de los danzones mexicanos. Para ilustrar esto, una pequeña anécdota: mi amiga María Inés Van Messem, argentina radicada desde hace años primero en la ciudad de México y ahora en Guadalajara, le pidió a mi marido que la sacara a bailar en un evento, justo cuando él fue hacia ella a mano tendida comenzó a sonar “nereidas” y mi amiga le dijo: “¿Vos querés que bailemos el himno nacional? Bueno qué más da” y se pusieron a bailar el danzón de danzones.

Don Amador Pérez es también el creador de otras muchas piezas conocidas, entre ellas “Circulando”, ese danzón lo he escuchado en Oaxaca, en Veracruz y en otros lugares. Los músicos lo anuncian muchas veces conforme al sitio donde se encuentran, de manera que «Circulando por Oaxaca» o «por Veracruz» es la misma pieza y pueden agregarse otras variantes inclusive al interior de las ciudades, una vez se anunció circulando por la alameda o ¿por qué no? Circulando por el Zócalo o La Ciudadela.

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Foto: Cortesía Manuel Mora.

Siempre que escucho “circulando” viene a mi mente la cantidad de eventos, muestras, foros, encuentros y demás relacionados con el danzón. Son ya tantos, para fortuna del movimiento danzonero, que es prácticamente imposible participar en todos ellos por diversas razones, empezando por las económicas, los compromisos de trabajo, médicos, familiares y algunas situaciones adicionales que cada lector pueda agregar.

Recuerdo que hace años no había tantos eventos: Veracruz, San Luis Potosí y Oaxaca son algunos de los que recuerdo, ahora hay más de una veintena de acontecimientos de este tipo al año por toda la república, inclusive en lugares tan alejados del centro del país ya cercanos a la frontera norte, como Reynosa o Tijuana, además hay otra categoría como los aniversarios de las danzoneras, aniversarios de grupos de baile de danzón y otros acontecimientos similares.

Todavía en el año 2009 cuando organicé mi primer evento de danzón en la Ciudad de México no se llegaba al número de convocatorias que hay ahora, aunque ya empezaban a proliferar, como ejemplo en 2011 hice el primer congreso en Guadalajara y ahora José Luis Salinas y Anita su esposa llevan ya una docena de ellos y se ha consolidado la plaza tapatía -espero no se oiga como narco lenguaje- como un evento de los más taquilleros y sólidos en el país.

Yo como seguramente muchos de los lectores de este artículo habrán tenido la experiencia de participar en una o varias reuniones en torno al danzón, y a través del tiempo se va conformando una experiencia personal que hace que cada quien distinga entre eventos mejor o peor organizados, más o menos costosos, realizados en destinos turísticos de playa, o en ciudades coloniales, En fin, cada quien habla de los eventos “de acuerdo a como le haya ido en la feria”.

Foto: Cortesía Manuel Mora.

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En tantas ocasiones de asistir a acontecimientos de este tipo por todo el país y encontrarme con tantos amigos y conocidos convocados por el redoble del timbal, el cuadrito y la buena ejecución de las orquestas, me ha tocado escuchar todo tipo de opiniones, recuerdo que un conocido me comentó alguna vez que los eventos eran ya muchos y muy caros, que se había comprado dos guayaberas de las normales porque las de lino eran muy costosas, y que además después de ese evento que en el que salió a disgusto con todo, pero sobre todo con los precios, aseguró que ya no iba a regresar al año siguiente.

Doriano Farcelli, ese famoso italiano danzonero que por aquellos años andaba muy activo en el medio, estaba escuchando la conversación, y me acuerdo que comentó: “siempre nos quejamos, pero al año que sigue todos regresamos nuevamente dispuestos a bailar”. La profética sentencia de mi amigo se cumplió, a esta persona del comentario la encontré al año siguiente en el mismo evento del que tanto se quejó y además lo encontré en otros eventos a los que tuve la fortuna de asistir.

Muchos bailadores se quejan de que en algunas muestras en el teatro se cobre la entrada para subir a bailar al escenario, argumentando que son precisamente ellos los que hacen el espectáculo, cosa que es por lo menos discutible, ya que el público asistente se conforma mayoritaria y claramente con danzoneros esperando su turno de subir a escena y la mayoría abandonan el teatro una vez que hicieron su presentación, de manera tal que a los últimos grupos no los ve más que su mamá o su abuelita si es que las invitaron, considero que como una muestra de solidaridad, los bailadores debieran esperar a que todos terminaran sus participaciones.

Otra situación común es la de aquellos bailadores que en verdad desquitan el costo de su boleto para presentarse a bailar en el teatro, he visto algunos que participan en dos, tres o más presentaciones, desde colectivos, hasta coreografías, y los ve uno corriendo de un lado a otro cambiándose de atuendo, anudándose la corbata que a veces queda chueca e incluso en alguna ocasión me tocó presenciar que retrasaron unos minutos la continuidad de la muestra.

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Muestra de danzón en Fórum 2023. / Foto: Arturo Ordaz – Revista Danzoneros.

Hay parejas o bailadores que son asiduos a los viajes y eventos, planean con todo cuidado un calendario anual conforme a sus preferencias y posibilidades, mi amiga Mayra Patricia Castañeda es un ejemplo de asiduidad, además de ser una excelente ejecutante del baile, ser reconocida y muy apreciada en el ambiente.

En realidad podríamos seguir enunciando muchas anécdotas y situaciones que se presentan en los diferentes acontecimientos danzoneros, pero basten estos breves comentarios para reflexionar acerca de la importancia y trascendencia que ha adquirido el baile de danzón en la vida de muchas de las personas que lo disfrutamos, hay quienes han convertido este ritmo en una forma de vida, estudian las melodías, memorizan los compases para los cierres, inventan pasos, hacen amistades y viajan a lugares que quizás antes de pertenecer a la comunidad danzonera no hubieran imaginado visitar y es que los bailadores de danzón con tal de bailar tres minutos en un teatro, somos capaces de recorrer grandes distancias, tal como la propaganda de principios del siglo pasado de los sombreros Tardan con la frase del poeta Salvador Novo “de Sonora a Yucatán se usan sombreros Tardan”, los danzoneros para una presentación podemos ir también de Yucatán a Sonora.

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